miércoles, 25 de junio de 2014

Cuento sobre la obediencia

Éste es el país de los cuentos. Hoy Micaela ha llegado hasta aquí buscando algo, ¿qué será?
- ¡Hola, soy Micaela!
- Hola, respondió el ratón Brillo Dorado, mientras apuntaba en su libreta de notas con su gran lápiz también dorado.
- ¿Qué haces? - preguntó Micaela curiosa, acercándose al ratón.
- Tengo que anotar a todos los visitantes. Eres la visitante número 3.
- ¿Número 3?, pensé que aquí venían muchos niños y niñas de todo el mundo.
- Tienes razón, en realidad ese es mi número favorito, ji, ji, ji, se rió Brillo Dorado.
- ¿Y qué haces por aquí?, este es un lugar muy lejano.
- Mamá me ha enviado, estoy buscando al Hada de la Obediencia, necesito hablar con ella.
- Pues hoy es tu día de suerte, yo te llevaré - dijo Brillo Dorado.
Es así como juntos emprendieron el viaje. Subieron sobre unas nubes que los transportaron por el cielo y durante el trayecto adoptaban diversas formas, ¡eran hermosas!
Luego bajaron cerca de un río con aguas cristalinas, treparon sobre una hoja de eucalipto se dejaron llevar por las aguas hasta la próxima orilla, ¡Todo era muy divertido! Al final del camino había un castillo muy pequeñito, y Brillo Dorado dijo:
- Aquí es, ya llegamos, yo puedo entrar porque soy pequeño, pero tú necesitas pasar por la prueba de la humildad.
- ¿Cómo es eso? – preguntó Micaela.
- Sólo párate frente a la puerta y si tu corazón tiene dentro el sentimiento de humildad te harás pequeña y podrás entrar.
- ¿Y si no resulta?, tengo miedo Brillo Dorado –dijo Micaela.
- No te preocupes, eres una buena niña. Todo saldrá bien. Entonces Micaela se paró frente a la puerta del pequeño castillo y de pronto, como por arte de magia, se hizo tan pequeña que pudo entrar fácilmente.
- Qué bueno, ya estamos adentro, -se alegró Micaela-, vamos a buscar al hada de la Obediencia, amigo ratoncillo. En medio de un gran altar estaba el Hada, con una sonrisa hermosa.
- Hola, Micaela, ¿qué te trae por aquí?, -preguntó el Hada.
- ¿Cómo está usted, señora Hada?, necesito saber el secreto de la obediencia, pues me está resultando difícil ser obediente con mamá. - Es fácil, querida amiga. ¿Recuerdas las nubes que te trajeron y el río en el que navegaste hasta acá? Pues ser obediente es ser como las nubes que pasan adoptando la forma que el viento les da, son hermosas y pueden ir fácilmente a cualquier lugar.
También ser obediente es ser como el agua que fluye, que corre hacia abajo y llega al océano. El que es obediente tiene ventaja ante Dios, no es una tarea fácil pero te ayudará mucho a escuchar y aceptar las opiniones de los demás.
Luego le dio un abrazo a Micaela y salió por la ventana. Micaela en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en su cuarto. Ese día había aprendido mucho.
FIN
Cuento de Fabiola Osorio Domínguez (Perú)

miércoles, 20 de febrero de 2013

El Creador de la lluvia


El creador de lluvia Cuento infantil: El creador de lluviaHace muchos años una terrible sequía asoló la tierra. La falta de lluvia hizo que la hierba desapareciera, que los ríos se secaran, que los campos dejaran de producir… Algunos jóvenes, decidieron ir a ver al creador de lluvia.
El hechicero, llevaba una extraña máscara que nunca se quitaba delante de nadie. Y con voz grave les dijo a los muchachos: «Tenéis que construir chozas, adornar cañas con plumas de cacatúas, deslizarlas en el estanque y hacer hogueras encima de los hormigueros».
Los jóvenes así lo hicieron. Después, el hechicero se dirigió al cielo con unos cánticos incomprensibles. Y entonces una terrible tormenta se desató. Rayos y truenos atemorizaron durante varios días a toda la población  y… acabó la sequía.
Pero el creador de lluvia no estaba satisfecho con su hazaña y fue a visitar a otro hechicero. Entre los dos hicieron que una gran llanura seca se transformara en un hermoso lago.
Les dijeron a los jóvenes que se pusieran a pescar. Pero éstos comenzaron a reír porque decían que en el agua de lluvia no había peces. Los hechiceros insistieron y los jóvenes pescaron tantos lucios, carpas y truchas que tuvieron comida para mucho tiempo.
Debemos ser positivos y pensar que nada es para siempre. ¡Ya vendrán tiempos mejores!

lunes, 18 de febrero de 2013





El Mundo de las Vocales

   En el mundo de las letras hay un grupito de amigas.....son las vocales, cuando van juntas se lo pasan genial.Son a, e, i, o, u .... unas amigas muy especiales, pero sobre todo son muy divertidas...

- ¿ Jugamos a "palabras" ? - Dice "a" - Empiezo yo....Ama....Asa....Ala  jajajaja

-Ahora yo.- Dice "e" - El.... Elefante....Enma  jejejeje

- Me toca... - Dice "i" - Imán... Iglesia.... Iris...... jijijiji

- Mi turno! - Dice "o" - Oso....Ojo...Oro....jojojojo

- allá voy. - Dice "u" - Uvas....Uña....Una.... jujujuju

Todas las vocales rieron y rieron sin parar......
                                
     



           




sábado, 16 de febrero de 2013

14 De Febrero, día del amor y la amistad


LA ROSA MÁS LINDA Y MÁGICA

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   Era una vez una niña muy linda con cabellos rubios y ojos azules y grandes, era muy hermosa, y su nombre es Julieta.
   Un día sus abuelitos Jerry y Tomasa la buscaron para que  fuera con ellos al parque, pues hacía mucho tiempo no los veía porque viajaba mucho con su mamá, cuyo nombre es Melisa, es una mujer muy bonita y muy trabajadora.
   Cuando llegaron al parque ella y sus abuelos, empezó a correr y jugar por todo el parque con los niños y niñas, sus abuelos se sentaron bajo la sombra de un enorme árbol, tomando un jugo de sabroso limón.
   Luego Julieta corrió por un sendero de hermosas flores como: rosas, margaritas, etc. Tenían un aroma muy agradable, de repente ve la rosa más linda y con un aroma a perfume estupendo y única rosa blanca del parque que había visto en toda su vida, fue corriendo a mostrárselo a su abuelita Tomasa y su abuelito Jerry, a ellos también les gusto mucho. Luego al llegar a su casa fue corriendo a mostrárselo a su querida mamá, después fue corriendo a su habitación y saca un florero de su cajón secreto, que es dónde ella guarda sus cosas más valiosas. Y cada vez que veía las flores, recordaba ese día tan bonito que paso en el parque con sus abuelitos.

El Pato Renato


Me divierto aprendiendo el abecedario.

Me divierto aprendiendo el abecedario.

   La A le dijo a la B que le comentara a la C si podía avisar a la D para que contara a la E lo que, en secreto, le había comunicado la F. Ésta al enterarse de semejante traición, unió fuerzas con la y fueron a buscar a la H. Luego llamaron a la que conocía muy bien a la  J  y, todas unidas, charlaron con la K sobre lo ocurrido. La K, sin dudarlo un segundo, se presentó ante la L que llamó a la M y avisó a la N para que buscara a la Ñ. Una vez reunidas en conferencia secreta enviaron un comunicado a la O que fue rauda al despacho de la P, que está al lado del de la Q y próximo al de la R, de manera que fue sencillo ponerlas al corriente de todo. Y en un pispas, se habían enterado también la S, la T, la U y la V.  Por su parte, la W, que nunca se enteraba bien de nada, le pidió a la X que le hiciera de espía y que fuera, junto con la Y a averiguar qué estaba ocurriendo.
Finalmente todo llegó a oídos de la Z que, como letra sensata que era, las mandó a todas a paseo y siguió zangoloteando y zapateando mientras zampaba zanahorias sin parar.


Fin


            

               

            

                     

                 

                    






Lina la conejita desobediente.


Lina la conejita desobediente




La ratita presumida




La Ratita Presumida


La Granja de Sebastián.





La Granja de Sebastián.   


La granja de Sebastián era una granja como todas las granjas; es decir, muy normal.
Pero un día todo cambió porque a Sebastián se le ocurrió tomar un ayudante.
La idea no era mala, ya que en la granja había mucho trabajo y el pobre Sebastián se sentía un poco cansado.
El ayudante se llamaba Juanito; parecía muy bueno y trabajador; pero como siempre había vivido en la ciudad, era algo torpe a pesar de su buena voluntad.
El día que llegó, Sebastián le recomendó que se fuera a dormir temprano porque en la granja había que levantarse a la madrugada, junto con el sol, cuando cantaba el gallo.
"¡Vaya despertador más raro!", pensó Juanito mientras iba en busca del gallo para ponerlo sobre su mesa de luz.
Y eso no fue nada; lo peor fue cuando intentó darle cuerda... ¡tuvo que correrlo por todo el dormitorio porque el gallo no se dejaba retorcer la cola!
"Este debe ser un gallo automático, de ésos que tienen pilas", pensó por fin y, cansa-do, se acostó en su cama.
El pobre gallo, que no entendía lo que sucedía, se quedó dormido junto a Juanito y, como la cama era muy cómoda, los dos durmieron y durmieron hasta que el sol estuvo muy alto.
El problema fue que como el gallo no cantó, todos en la granja se quedaron dormidos.
El primero en despertarse fue el ternero y, como tenía mucha hambre, despertó a su mamá, la vaca, para que le diera la leche.
Después de alimentar a su hijito, mamá vaca esperó en vano que Sebastián le llevara su comida. Entonces, muy hambrienta, se metió en la cocina de la casa y se tomó todo el café que encontró.
Los cerdos, que ya se habían despertado y también tenían hambre, vieron entrar a la vaca en la cocina y decidieron imitarla. Pero camino de la casa, pasaron por el gallinero y despertaron a las gallinas para invitarlas a desayunar con ellos en la cocina de Sebastián.
Para entonces, ya no se podía decir que la granja de Sebastián fuera como todas las granjas... porque de normal no le quedaba nada.
Tanto alboroto en la cocina, despertó por fin al granjero, que al mirar su reloj, comprobó desesperado que eran... ¡las diez de la mañana!
Se puso las botas y corrió al dormitorio de Juanito y, una vez allí, no pudo creer lo que estaba viendo: ¡Juanito y el gallo dormían plácidamente, uno junto al otro!
Cuando Sebastián se repuso del asombro, corrió escaleras abajo y, al entrar en la cocina, se encontró con que los animales de la granja se habían comido todo lo que encontraron.
El desorden era total y era tan increíble lo que estaba viendo, que Sebastián pensó que era una pesadilla y que aún no se había despertado.
A Sebastián, ayudado por Juanito, les llevó el resto del día a poner en orden la granja hasta lograr que pareciera normal otra vez
Pero al día siguiente, cuando Sebastián ordeñó a la vaca, la vaca le llenó un tarro ente-ro con café con leche.
Cuando Juanito vio esto dijo:
-¡Qué lástima que ayer la vaca se tomara el café en lugar de comerse el chocolate...!
Pero lo que Juanito no sabía, era que el chocolate se lo habían comido las gallinas que, en ese momento, estaban poniendo, ¡"Huevos de Pascua"!

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La rosa verdeaniyrose2.gif (14244 bytes)


    Había una vez, un perro que era muy rico. No le faltaba nada. 
Tenía una gran casa para dormir especialmente diseñada por los mejores arquitectos de la zona. 
Siempre vestía con chalecos y corbatas, comía los mejores manjares, hasta tenía una heladera y una cocina donde guardaba los mejores huesos traídos por sus dueños de Europa.

   Era muy soberbio, y le molestaba que los niños se le acerquen a su casa. 
Siempre caminaba erguido por los alrededores con el hocico parado y sacando pecho, mirando de reojo a los demás perros. 

  Enfrente vivía un perrito en una casita  muy humilde, y todas las mañanas, con su gran regadera de plástico, regaba una rosa verde que creció junto a su puerta. 

Tanke, así se llamaba el perrito, era muy bueno con los niños y todos lo querían mucho en el barrio. Era alegre, juguetón y siempre estaba contento.

  Al perro millonario de enfrente, que se hacia llamar Míster Perro, no le gustaba que todos los niños siempre estén jugando con Tanke. 

Míster Perro entonces decidió que quería una rosa igual a la de Tanke. 

Llamó a sus amigotes y les ofreció? mucho dinero a quien lograra traerle una rosa igual que la de Tanque.

Los amigotes de Míster Perro estuvieron buscando por varios días, pero no encontraron nada.

Entonces Míster Perro mando a fabricar una rosa verde de plástico muy linda, pero los niños seguían sin acercarse a su casa, y furioso Míster Perro se comío su rosa de plástico.

Así decidió ponerse un antifaz y por la noche, con una tijera cortó? la rosa de Tanque y la plantó cerca de su caseta.

Por la mañana, Tanque al no ver su rosa verde se puso triste, y cruzo en frente a preguntarle a Míster Perro si había visto quien se llevó su rosa. Grande fue su sorpresa al ver que Míster Perro estaba regando una rosa verde parecida a la de él. 

Tanke volvió triste a su casa. Pero a los pocos días la rosa se marchitó y otra rosa verde creció junto a su caseta. Nuevamente los niños jugaban alrededor de la caseta de Tanke. 

Míster Perro miraba y no comprendía que fue lo que falló. Se puso a llorar y al verlo, Tanque se le acercó y le dijo: “la rosa verde crecerá junto a tu casa solo si eres un perro bueno, juguetón y alegre”. 

“Ahora entiendo”, dijo Míster Perro, “de ahora en adelante seré un perro bueno. 

No me llamaré más Míster Perro, usaré mi verdadero nombre que es Moky, y seré bueno, siempre bueno...”. Y a los pocos días sé lo veía a Moky regando su linda rosa verde.